10 Pero mientras las cinco muchachas iban a comprar el aceite, llegó el novio; y las que habían sido previsoras entraron con él a la fiesta de la boda, y se cerró la puerta.
11 Llegaron después las otras muchachas, diciendo: ‘¡Señor, señor, ábrenos!’
12 Pero él les contestó: ‘Os aseguro que no sé quiénes sois.’
13 “Permaneced despiertos –añadió Jesús–, porque no sabéis el día ni la hora.
14 “El reino de los cielos es como un hombre que, a punto de viajar a otro país, llamó a sus criados y los dejó al cargo de sus negocios.
15 A uno le entregó cinco mil monedas, a otro dos mil y a otro mil: a cada cual conforme a su capacidad. Luego emprendió el viaje.
16 El criado que recibió las cinco mil monedas negoció con el dinero y ganó otras cinco mil.