64 Jesús le contestó:–Tú lo has dicho. Pero yo os digo también que en adelante veréis al Hijo del hombre sentado a la derecha del Todopoderoso y viniendo en las nubes del cielo.
65 Entonces el sumo sacerdote se rasgó las ropas en señal de indignación y dijo:–¡Las palabras de este hombre son una ofensa contra Dios! ¿Qué necesidad tenemos de más testigos? Ya habéis oído sus palabras ofensivas.
66 ¿Qué os parece?Ellos contestaron:–Es culpable y debe morir.
67 Entonces le escupieron en la cara y le golpearon. Otros le daban de bofetadas
68 y decían:–Tú, que eres el Mesías, ¡adivina quién te ha pegado!
69 Entre tanto, Pedro estaba sentado fuera, en el patio. En esto se le acercó una sirvienta y le dijo:–Tú también andabas con Jesús, el de Galilea.
70 Pero Pedro lo negó delante de todos, diciendo:–No sé de qué estás hablando.