10 Sucedió que Jesús estaba comiendo en la casa, y muchos cobradores de impuestos, y otra gente de mala fama, llegaron y se sentaron también a la mesa con Jesús y sus discípulos.
11 Al ver esto, los fariseos preguntaron a los discípulos:–¿Cómo es que vuestro maestro come con los cobradores de impuestos y los pecadores?
12 Jesús los oyó y les dijo:–Los que gozan de buena salud no necesitan médico, sino los enfermos.
13 Id y aprended qué significan estas palabras de la Escritura: ‘Quiero que seáis compasivos, y no que me ofrezcáis sacrificios.’ Pues yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.
14 Los seguidores de Juan el Bautista se acercaron a Jesús y le preguntaron:–Nosotros y los fariseos ayunamos con frecuencia: ¿Por qué tus discípulos no ayunan?
15 Jesús les contestó:–¿Acaso pueden estar tristes los invitados a una boda mientras el novio está con ellos? Pero llegará el momento en que se lleven al novio, y entonces ayunarán.
16 “Nadie remienda un vestido viejo con un trozo de tela nueva, porque lo nuevo encoge y tira del vestido viejo, y el desgarrón se hace mayor.