10 De esa raíz salió un retoño, el malvado Antíoco Epífanes, hijo del rey Antíoco, que había estado como rehén en Roma y empezó a reinar el año ciento treinta y siete de la dominación griega.
11 Por aquel tiempo aparecieron en Israel renegados que engañaron a muchos diciéndoles: «Hagamos un pacto con las naciones que nos rodean, porque desde que nos separamos de ellas nos han venido muchas calamidades.»
12 A algunos del pueblo les gustó esto,
13 y se animaron a ir al rey, y éste les dio autorización para seguir las costumbres paganas.
14 Construyeron un gimnasio en Jerusalén, como acostumbran los paganos;
15 se hicieron operaciones para ocultar la circuncisión, renegando así de la alianza sagrada; se unieron a los paganos y se vendieron para practicar el mal.
16 Al ver Antíoco que su reino estaba firme, decidió apoderarse de Egipto para ser rey de los dos países.