20 Después de esta victoria sobre Egipto, en el año ciento cuarenta y tres, Antíoco se puso en marcha con un poderoso ejército contra Israel, y llegó a Jerusalén.
21 Entró con arrogancia en el santuario y se apoderó del altar de oro, del candelabro con todos sus accesorios,
22 de la mesa para los panes sagrados, de las copas, las tazas, los cucharones de oro, el velo y las coronas, y arrancó todo el enchapado de oro que adornaba la fachada del templo.
23 Se apoderó también de la plata, el oro, los utensilios preciosos y los tesoros escondidos, los cuales logró encontrar.
24 Con todas esas cosas se fue a su país. También mató a mucha gente y habló con grandísima insolencia.
25 En todo Israel hubo una gran tristeza;
26 los jefes y los ancianos lanzaban ayes de dolor,las muchachas y los jóvenes perdieron su vigor,desapareció la belleza de las mujeres.