66 Por fin los habitantes se rindieron, e hizo con ellos un tratado. Pero los obligó a desocupar la ciudad, se apoderó de ella y puso allí una guarnición.
67 Jonatán, entre tanto, había acampado con su ejército junto al lago de Genesaret. Muy de mañana se puso en camino hacia la llanura de Hasor.
68 En la llanura le salió al encuentro el ejército extranjero, mientras que otro ejército le tenía tendida una emboscada en las montañas.
69 Cuando estos últimos salieron de sus escondites y atacaron al ejército de Jonatán,
70 todos los soldados huyeron. No quedó ni uno solo, con excepción de Matatías, hijo de Absalón, y Judas, hijo de Calfí, jefes del ejército.
71 Jonatán se rasgó la ropa, se echó polvo sobre la cabeza y se puso a orar.
72 A pesar de todo, se volvió contra los enemigos para atacarlos, los derrotó y los puso en fuga.