40 pues se enteró de que los romanos habían dado a los judíos el título de amigos, aliados y hermanos, y que habían recibido con honores a los embajadores de Simón;
41 que los judíos y los sacerdotes habían decidido confirmar a Simón como jefe y sumo sacerdote para siempre, hasta que apareciera un profeta autorizado,
42-43 y que fuera su jefe militar y se encargara del templo, nombrando a los encargados de las obras del mismo, de la administración del país, de los armamentos y de las fortalezas, y que fuera obedecido por todos; que todos los documentos oficiales del país se hicieran en su nombre, y que usara vestiduras de púrpura y broche de oro.
44 »Nadie del pueblo ni de los sacerdotes tendrá derecho a violar estos decretos, ni a oponerse a las órdenes dadas por Simón, ni a convocar una asamblea sin su consentimiento, ni a llevar vestiduras de púrpura o broche de oro.
45 El que desobedezca estos decretos, o deje de cumplirlos, será castigado.
46 Por decisión unánime del pueblo se ha decretado que Simón tenga el derecho de actuar de acuerdo con lo aquí determinado.
47 Simón ha aceptado de buen grado desempeñar el cargo de sumo sacerdote, y ser jefe militar y gobernador de los judíos y de los sacerdotes, y estar al frente de todos los asuntos.»