11 Le robaron a Jerusalén todos sus adornos; de libre pasó a ser esclava.
12 ¡Nuestro hermoso santuario, que era nuestra gloria, está en ruinas; los paganos lo han profanado!
13 ¿Para qué seguir viviendo?»
14 Y Matatías y sus hijos se rasgaron la ropa, se pusieron ropas ásperas y lloraron amargamente.
15 Cuando los funcionarios del rey encargados de obligar a los judíos a renegar de su religión llegaron a la ciudad de Modín, para hacer que se ofrecieran los sacrificios,
16 muchos israelitas se les juntaron. Pero Matatías y sus hijos hicieron un grupo aparte.
17 Entonces los funcionarios del rey dijeron a Matatías:—Tú eres una persona de autoridad, respetada e importante en esta ciudad, y tienes el apoyo de tus hijos y de tus hermanos.