6 Cuando Matatías vio las injurias que se hacían a Dios en Judea y en Jerusalén,
7 exclamó: «¡Qué desgracia! ¡Haber nacido para ver la ruina de mi pueblo y de la ciudad santa, y tener que quedarme con los brazos cruzados mientras que ella cae en manos de sus enemigos y el templo queda en poder de extranjeros!
8 Su santuario está como un hombre que ha perdido su honor,
9 los objetos que eran su gloria han sido llevados a otra parte, sus niños han caído muertos en las calles de la ciudad, sus jóvenes han sido acuchillados por el enemigo.
10 No hay nación que no le haya arrebatado su poder real y que no la haya saqueado.
11 Le robaron a Jerusalén todos sus adornos; de libre pasó a ser esclava.
12 ¡Nuestro hermoso santuario, que era nuestra gloria, está en ruinas; los paganos lo han profanado!