23 Nosotros servimos con toda buena voluntad al padre de Su Majestad, seguimos sus instrucciones y obedecimos sus órdenes.
24 Y a consecuencia de esto, nuestros compatriotas han cercado la ciudadela y se han vuelto enemigos nuestros. Más aún, han matado a todos los nuestros que han encontrado, y se han apoderado de nuestros bienes.
25 Y no solamente nos han atacado a nosotros, sino también a todos los vecinos de Su Majestad.
26 En este mismo momento están atacando la ciudadela de Jerusalén, con la intención de apoderarse de ella. Además, han fortificado el templo, y a Bet-sur.
27 Si Su Majestad no se adelanta a detenerlos pronto, harán cosas peores, y Su Majestad no podrá dominarlos.»
28 Al oír esto, el rey se puso furioso y llamó a todos sus amigos, y a los comandantes de su ejército y a los jefes de la caballería.
29 También llegaron a unírsele ejércitos de mercenarios de otras naciones y de los países marítimos.