21 Los romanos aceptaron la propuesta.
22 A continuación se copia la carta que escribieron en láminas de bronce y que enviaron a Jerusalén para que allí se conservara un documento del convenio de paz y pacto:
23 «¡Prosperidad a los romanos y a la nación de los judíos para siempre, en el mar y en la tierra! ¡Que la guerra y los enemigos se mantengan lejos de unos y de otros!
24 Si llega a suceder que Roma, en primer lugar, o cualquiera de sus aliados, se ven mezclados en alguna guerra, en cualquier lugar del imperio,
25 la nación de los judíos se pondrá de parte de ellos como aliado sincero, según lo exijan las circunstancias.
26 Los judíos no darán provisiones, ni armas, ni dinero ni naves a los enemigos de Roma. Tal es la voluntad de Roma. Los judíos cumplirán sus compromisos sin exigir recompensa.
27 »De igual manera, si en primer lugar la nación de los judíos se encuentra en guerra, los romanos sinceramente les ayudarán como aliados, según lo exijan las circunstancias.