30 »Pero el rey Sihón no quiso dejarnos pasar por su tierra, porque el Señor, el Dios de ustedes, hizo que se negara rotundamente a ello, con el fin de ponerlo en manos de ustedes, como todavía lo está hoy.
31 »Entonces el Señor me dijo: “A partir de este momento te entrego a Sihón y a todo su país; entra ya en su territorio y apodérate de él.”
32 »Sihón nos salió al encuentro con todo su ejército, para presentarnos batalla en Jahas;
33 pero el Señor nuestro Dios lo hizo caer en nuestras manos y lo derrotamos a él, a sus hijos y a todo su ejército.
34 Todas sus ciudades cayeron en nuestro poder y las destinamos a la destrucción; matamos hombres, mujeres y niños; no dejamos a nadie con vida.
35 Lo único que tomamos para nosotros fue el ganado y las cosas de valor que hallamos en las ciudades conquistadas.
36 Desde la ciudad de Aroer, que está junto al río Arnón, y la ciudad que está en el valle, hasta Galaad, no hubo ciudad que resistiera nuestro ataque; el Señor nuestro Dios hizo que todas cayeran en nuestro poder.