42 Empaparé en sangre mis flechas,y mi espada acabará con ellos;¡sangre de heridos y de prisioneros!,¡de los jefes enemigos, de largas melenas!”
43 »¡Alégrense, naciones, con el pueblo de Dios!¡Él vengará la muerte de sus siervos,tomará venganza de sus enemigosy perdonará a su país y a su pueblo!»
44-45 Moisés se presentó ante todo el pueblo de Israel y, junto con Josué, hijo de Nun, pronunció este cántico de principio a fin.
46 Después dijo a los israelitas:«Piensen bien en todo lo que hoy les he dicho, y ordenen a sus hijos que pongan en práctica todos los términos de esta ley.
47 Porque no es algo que ustedes puedan tomar a la ligera; esta ley es vida para ustedes, y por ella vivirán más tiempo en la tierra que está al otro lado del río Jordán, de la cual van a tomar posesión.»
48 Aquel mismo día el Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
49 «Ve a las montañas de Abarim y sube al monte Nebo, que está en territorio moabita, frente a Jericó, y mira desde allí la tierra de Canaán, la cual voy a dar en propiedad a los israelitas.