14 Y pude darme cuenta de que todo lo que se hace en este mundo es vana ilusión, es querer atrapar el viento.
15 ¡Ni se puede enderezar lo torcido, ni hacer cuentas con lo que no se tiene!
16-17 Entonces me dije a mí mismo: «Aquí me tienen, hecho un gran personaje, más sabio que todos los que antes de mí reinaron en Jerusalén; entregado por completo a profundizar en la sabiduría y el conocimiento, y también en la estupidez y la necedad, tan sólo para darme cuenta de que también esto es querer atrapar el viento.»
18 En realidad, a mayor sabiduría, mayores molestias; cuanto más se sabe, más se sufre.