4 La palabra del rey tiene autoridad final, y nadie puede pedirle cuenta de sus actos.
5 Al que cumple una orden, no le pasará nada malo, y el que es sabio entiende cuándo y cómo debe cumplirla.
6 En realidad, hay un momento y un modo de hacer todo lo que se hace, pero el gran problema del hombre
7 es que nunca sabe lo que va a suceder, ni hay nadie que se lo pueda advertir.
8 No hay quien tenga poder sobre la vida, como para retenerla, ni hay tampoco quien tenga poder sobre la muerte. No hay quien escape de esta batalla. Al malvado no lo salvará su maldad.
9 Todo esto he visto al entregarme de lleno a conocer lo que se hace en este mundo y el poder que el hombre tiene de hacer daño a sus semejantes.
10 También he visto que a gente malvada, que se mantuvo alejada del lugar santo, la alaban el día de su entierro; y en la ciudad donde cometió su maldad, nadie después lo recuerda. Y esto no tiene sentido,