1 »Judá, tu pecado está escrito con cincel de hierro,está grabado con punta de diamanteen la piedra de tu corazón,en los cuernos de tus altares.
2 Tus hijos se acuerdan de los altaresy de los troncos sagradosque había junto a los árboles frondososy sobre las colinas elevadas
3 y sobre los montes del campo.Por causa de tus pecados,haré que te roben tus riquezas y tesoros,y que saqueen tus colinas sagradasen todo tu territorio.
4 Tendrás que abandonar la tierraque yo te di como herencia,y te haré esclava de tus enemigosen una tierra que no conoces,porque mi ira se ha encendidocomo un fuego que te consumirá.»
5 El Señor dice:«Maldito aquel que aparta de mí su corazón,que pone su confianza en los hombresy en ellos busca apoyo.
6 Será como la zarza del desierto,que nunca recibe cuidados:que crece entre las piedras,en tierras de sal, donde nadie vive.
7 »Pero bendito el hombre que confía en mí,que pone en mí su esperanza.
8 Será como un árbol plantado a la orilla de un río,que extiende sus raíces hacia la corrientey no teme cuando llegan los calores,pues su follaje está siempre frondoso.En tiempo de sequía no se inquieta,y nunca deja de dar fruto.
9 »Nada hay tan engañoso y perversocomo el corazón humano.¿Quién es capaz de comprenderlo?
10 Yo, el Señor, que investigo el corazóny conozco a fondo los sentimientos;que doy a cada cual lo que se merece,de acuerdo con sus acciones.»
11 El que se hace rico injustamentees como la perdiz que empolla huevos ajenos.En pleno vigor tendrá que abandonar su riqueza,y al fin sólo será un tonto más.
12 Nuestro templo es un trono glorioso,puesto en alto desde el principio.
13 Señor, tú eres la esperanza de Israel.Todo el que te abandona quedará avergonzado.Todo el que se aleja de tidesaparecerá como un nombre escrito en el polvo,por abandonarte a ti, manantial de frescas aguas.
14 Sáname tú, Señor, y seré sanado;sálvame tú, y seré salvado,pues sólo a ti te alabo.
15 La gente me dice:«¿Qué pasó con las palabras del Señor?¡Que se cumplan ahora mismo!»
16 Y, sin embargo, yo no he insistidoen que tú les envíes un desastre,ni he deseado calamidades para ellos.Tú bien sabes lo que he dicho,pues lo dije en tu presencia.
17 No te conviertas para mí en terror,pues eres mi refugio en momentos de angustia.
18 Deja en ridículo a mis perseguidores, y no a mí;que ellos queden espantados, y no yo.Haz venir sobre ellos momentos de angustia,destrózalos por completo una y otra vez.
19 El Señor me dijo: «Ve y párate en la Puerta del Pueblo, por donde entran y salen los reyes de Judá, y luego haz lo mismo en las demás puertas de Jerusalén.
20 Di a la gente: “Reyes y pueblo todo de Judá, habitantes todos de Jerusalén que entran por estas puertas, escuchen la palabra del Señor.
21 El Señor dice: En el sábado y por consideración a sus propias vidas, no lleven cargas ni las metan por las puertas de Jerusalén.
22 No saquen tampoco ninguna carga de sus casas en el sábado, ni hagan en él ningún trabajo. Conságrenme el sábado, tal como se lo ordené a sus antepasados.
23 Pero ellos no me hicieron caso ni me obedecieron, sino que fueron tercos y no quisieron obedecer ni escarmentar.
24 »”Yo, el Señor, afirmo: Obedézcanme de veras, no lleven ninguna carga por las puertas de la ciudad en el sábado; conságrenme este día y no hagan en él ningún trabajo.
25 Si lo hacen así, siempre habrá reyes que ocupen el trono de David y que entren por las puertas de esta ciudad en carrozas y caballos, acompañados de los jefes y de la gente de Judá y de Jerusalén. Y Jerusalén siempre tendrá habitantes.
26 Y vendrá gente de las ciudades de Judá que están en los alrededores de Jerusalén, y del territorio de Benjamín, de la llanura, de la región montañosa y del Négueb. Traerán al templo animales para el holocausto y para los demás sacrificios, ofrendas de cereales e incienso, y ofrendas de acción de gracias.
27 Pero si ustedes no obedecen mi mandato de consagrarme el sábado y de no meter cargas en ese día por las puertas de Jerusalén, entonces pondré fuego a las puertas de la ciudad, un fuego que destruirá los palacios de Jerusalén y que nadie podrá apagar.”»