2 y le dijo: «Hazte unas correas y un yugo, y póntelo todo al cuello.
3 Luego manda un recado a los reyes de Edom, Moab, Amón, Tiro y Sidón por medio de los mensajeros que han venido a Jerusalén a visitar al rey Sedequías.
4 Ordénales decir a sus soberanos que yo, el Señor todopoderoso, el Dios de Israel, digo:
5 Con gran despliegue de poder hice el mundo, y los hombres y animales que hay en él, y puedo dárselo a quien yo quiera.
6 Pues bien, yo he puesto todas estas tierras bajo el poder de mi servidor Nabucodonosor, rey de Babilonia, y hasta a los animales salvajes los he puesto bajo su dominio.
7 Todas las naciones estarán sometidas a él, a su hijo y a su nieto, hasta que a su país le llegue el momento de estar también sometido a grandes naciones y reyes poderosos.
8 Y si algunas naciones o reyes no se someten al yugo de Nabucodonosor, yo los castigaré con guerra, hambre y peste, hasta que todos queden bajo su poder. Yo, el Señor, lo afirmo.