17 El Señor todopoderoso dice:«¡Atención! Manden llamar a las mujeresque tienen por oficio hacer lamentación.»
18 ¡Sí, que vengan prontoy que hagan lamentación por nosotros;que se nos llenen de lágrimas los ojosy nuestros párpados se inunden de llanto!
19 Desde Sión nos llegan ayes de dolor:¡Ay, cómo hemos quedado en ruinas!,¡qué deshonra hemos sufrido!Tenemos que abandonar nuestra patria,nuestros hogares están en ruinas.
20 Mujeres, escuchen la palabra del Señor,pongan atención a su mensaje.Enseñen a sus hijas a llorary a sus amigas a lamentarse así:
21 «La muerte entró en nuestros hogares,llegó a nuestros palacios;mata a los niños en las callesy a los jóvenes en las plazas.
22 Los cadáveres de los hombres quedaron tendidoscomo estiércol en el campo,como espiga que cae detrás del segadory que nadie la recoge.»El Señor lo afirma.
23 El Señor dice:«Que no se enorgullezca el sabio de ser sabio,ni el poderoso de su poder,ni el rico de su riqueza.