10 Así lo hicieron, y Judit salió acompañada de su criada. Los hombres de la ciudad la vieron bajar el monte y atravesar el valle, y luego la perdieron de vista.
11 Ellas fueron derecho a través del valle, hasta que se encontraron con un puesto de avanzada de los asirios.
12 Los soldados detuvieron a Judit y le preguntaron:—¿De qué nación eres? ¿De dónde vienes, y a dónde vas?—Soy hebrea —respondió ella—, pero estoy huyendo de los de mi nación, porque pronto caerán en poder de ustedes y serán destruidos.
13 Quiero ver a Holofernes, el comandante del ejército de ustedes, para darle informes seguros. Quiero indicarle por dónde puede penetrar y apoderarse de toda la región montañosa sin perder un solo soldado.
14 Al oír los soldados su respuesta y fijarse en su aspecto, se quedaron maravillados de su belleza. Entonces le dijeron:
15 —Te has salvado al darte prisa en venir a ver a nuestro comandante. Acércate hasta su tienda de campaña; algunos de nosotros te escoltaremos hasta dejarte con él.
16 Cuando estés en su presencia, no te asustes; dale la información que traes, y él te tratará bien.