11 Cuando amaneció, colgaron de la muralla la cabeza de Holofernes, y todos los hombres empuñaron sus armas y salieron en escuadrones a los pasos de la montaña.
12 Tan pronto como los asirios los vieron, mandaron avisar a sus capitanes, y éstos fueron a ver a los generales y comandantes y a todos los oficiales.
13 Todos se dirigieron a la tienda de Holofernes, y dijeron a su ayudante:—¡Despierta al comandante, porque esos esclavos hebreos se han atrevido a bajar a atacarnos, como si quisieran que acabemos con ellos para siempre!
14 Bagoas entró y llamó desde la cortina de la tienda, pensando que Holofernes estaría durmiendo con Judit.
15 Pero como nadie respondía, corrió la cortina y, al entrar en el dormitorio, se encontró con Holofernes muerto, tirado en el suelo, sin cabeza.
16 Lanzando un gran grito, se puso a llorar y gemir y lanzar ayes de dolor, y se desgarró la ropa.
17 En seguida fue a la tienda que había ocupado Judit, pero al no encontrarla salió a donde estaba la gente, gritando: