1 ¡Ay de mí! Soy como el que rebuscadespués de la cosecha,y ya no encuentra uvas ni higos,esos frutos que querría comer.
2 Ya no quedan en el mundohombres rectos ni fieles a Dios;todos esperan el momentode actuar con violencia;los unos a los otros se ponen trampas.
3 Son maestros en hacer lo malo;los funcionarios exigen recompensas,los jueces se dejan sobornar,los poderosos hacen lo que se les antojay pervierten la ciudad.
4 El mejor de ellos es como un espino;el más honrado, como una zarza.Pero viene el día de ajustar las cuentas,el día que te anunció el centinela.Entonces reinará la confusión entre ellos.
5 No creas en la palabra de tu prójimoni confíes en ningún amigo;cuídate aun de lo que hables con tu esposa.
6 Porque los hijos tratan con desprecio a los padres,las hijas se rebelan contra las madres,las nueras contra las suegrasy los enemigos de cada cual son sus propios parientes.,
7 Pero yo esperaré en el Señor;pondré mi esperanza en Dios mi salvador,porque él me escuchará.