2 Aunque pequemos, somos tuyos y reconocemos tu poder;pero no pecaremos, sabiendo que nos consideras tuyos.
3 Conocerte a ti es rectitud perfecta,y reconocer tu poder es la raíz de la inmortalidad.
4 Pues no nos hemos dejado engañarpor esos ídolos inventados por la habilidad perversa de los hombresy por el infructuoso trabajo de los pintores,
5 cuya vista despierta pasiones en los hombres sin razónque se entusiasman con la imagen sin vida de un ídolo muerto.
6 Tanto los que hacen ídoloscomo los que los aman y les dan culto,están enamorados del maly no merecen esperar nada mejor.
7 El alfarero, por ejemplo,amasa laboriosamente el barro blandoy moldea cada vasija que necesitamos;pero del mismo barro hace por iguallas que sirven para usos noblesy las que sirven para otros usos;es él, sin embargo, quien decidecuál ha de servir para este o aquel uso.
8 Luego, dedicándose a una labor reprobable,modela con el mismo barro un falso dios;lo hace un hombre que ayer mismo nació de la tierray que pronto volverá a la tierra de donde fue sacado,cuando tenga que entregar la vida que recibió prestada.