11 Ellos eran mordidos y sanados inmediatamentepara que recordaran tus palabras,para que no olvidaran fácilmenteni se hicieran insensibles a tus beneficios.
12 No fue ninguna hierba, ni ungüento alguno,lo que los sanó,sino tu palabra, Señor, que da a todos la salud.
13 Pues tú tienes poder sobre la vida y la muerte,tú nos bajas al reino de la muerte, y nos sacas de él.
14 En cambio el hombre, en su maldad,puede quitar la vida, es cierto,pero no puede devolverlani hacer regresar el almaque ha sido arrebatada por la muerte.
15 Nadie puede escapar de tu mano.
16 Los impíos, que no quisieron reconocerte,fueron azotados por tu brazo poderoso,perseguidos por lluvias desacostumbradas,por granizo y tremendas tormentas,y consumidos por el fuego.
17 Y lo más maravilloso fueque con agua, que lo apaga todo,el fuego tomaba mayor fuerza.Y es que la misma naturaleza defiende a los justos.