11 Señores y esclavos sufrieron igual castigo;el hombre del pueblo corrió igual suerte que el rey.
12 Todos por igual tuvieron innumerables muertos,que de igual forma perecieron.Los vivos no se daban abasto para enterrarlos,pues en un instante pereció lo mejor de su nación.
13 Así ellos, que confiados en su magiano habían creído en ninguna de las advertencias,reconocieron, al ver muertos a sus hijos mayores,que nuestro pueblo era hijo de Dios.
14 Porque a la medianoche,cuando la paz y el silencio todo lo envolvían,
15 tu palabra omnipotente, cual guerrero invencible,salió del cielo, donde tú reinas como rey,y cayó en medio de aquella tierra maldita.Llevando, como afilada espada, tu orden terminante,
16 entró en acción y todo lo llenó de muerte;con su cabeza tocaba el cielo, y con sus pies, la tierra.
17 Entonces, horribles pesadillas angustiaron a los egipcios,y los asaltó un terror que no habían imaginado.