28 Por fe, Moisés celebró la Pascua y mandó rociar las puertas con sangre, para que el ángel de la muerte no tocase al primogénito de ningún israelita.
29 Por fe, los israelitas pasaron el mar Rojo como si fuera tierra firme; luego, cuando los egipcios quisieron hacer lo mismo, se ahogaron.
30 Por fe cayeron los muros de la ciudad de Jericó al cabo de siete días de dar vueltas los israelitas alrededor de ellos.
31 Y por fe, Rahab, la prostituta, no murió junto con los desobedientes, porque había recibido bien a los espías de Israel.
32 ¿Qué más voy a decir? Me faltaría tiempo para hablar de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, de Samuel y de los profetas.
33 Por la fe conquistaron países, hicieron justicia, recibieron lo que Dios había prometido, cerraron la boca de los leones,
34 apagaron fuegos violentos, se libraron de morir a filo de espada, sacaron fuerzas de flaqueza y llegaron a ser poderosos en la guerra, venciendo a los ejércitos enemigos.