25 Y no entró para ofrecerse muchas veces en sacrificio, como hace cada año todo sumo sacerdote, que entra en el santuario para ofrecer sangre ajena.
26 Si ese fuera el caso, Cristo habría tenido que morir muchas veces desde la creación del mundo. Pero no es así. Ahora, al final de los tiempos, Cristo ha aparecido una sola vez y para siempre, ofreciéndose a sí mismo en sacrificio para quitar el pecado.
27 Y así como todos han de morir una sola vez y después vendrá el juicio,
28 así también Cristo ha sido ofrecido en sacrificio una sola vez para quitar los pecados de todos. Después aparecerá por segunda vez, pero ya no en relación con el pecado sino para salvar a los que le esperan.