14 Todos ellos, junto con algunas mujeres, y con María la madre de Jesús y los hermanos de él, se reunían siempre para orar.
15 Uno de aquellos días, tomando Pedro la palabra, dijo a los creyentes que se habían reunido, que eran unas ciento veinte personas:
16 –Hermanos, tenía que cumplirse lo que el Espíritu Santo, por medio de David, había dicho en la Escritura acerca de Judas, el que sirvió de guía a los que apresaron a Jesús.
17 Judas era uno de los nuestros y tenía parte en nuestro trabajo.
18 Pero fue y compró un terreno con el dinero que le pagaron por su maldad; cayó luego de cabeza, y reventó y se le salieron las entrañas.
19 Cuando los que vivían en Jerusalén lo supieron, llamaron a aquel terreno Hacéldama, que en su lengua quiere decir ‘Campo de Sangre’.
20 Porque en el libro de los Salmos dice:‘Que su casa se vuelva un desiertoy que nadie viva en ella.’Y dice también:‘Que otro ocupe su cargo.’