17 Judas era uno de los nuestros y tenía parte en nuestro trabajo.
18 Pero fue y compró un terreno con el dinero que le pagaron por su maldad; cayó luego de cabeza, y reventó y se le salieron las entrañas.
19 Cuando los que vivían en Jerusalén lo supieron, llamaron a aquel terreno Hacéldama, que en su lengua quiere decir ‘Campo de Sangre’.
20 Porque en el libro de los Salmos dice:‘Que su casa se vuelva un desiertoy que nadie viva en ella.’Y dice también:‘Que otro ocupe su cargo.’
21 “Tenemos aquí hombres que nos han acompañado todo el tiempo que el Señor Jesús estuvo entre nosotros,
22 desde que fue bautizado por Juan hasta que subió al cielo. Es necesario, pues, que uno de ellos sea agregado a nosotros, para que junto con nosotros dé testimonio de la resurrección de Jesús.”
23 Entonces propusieron a dos: a José, conocido como Barsabás y también llamado Justo, y a Matías.