34 Pedro comenzó entonces a hablar, diciendo:–Ahora entiendo que verdaderamente Dios no hace diferencia entre una persona y otra.
35 Dios acepta a quienes le reverencian y hacen lo bueno, cualquiera que sea su nación.
36 Dios habló a los descendientes de Israel anunciando el mensaje de paz por medio de Jesucristo, que es el Señor de todos.
37 Vosotros ya sabéis lo que pasó en toda la tierra de los judíos, comenzando por Galilea, después que Juan proclamara que es necesario bautizarse.
38 Sabéis que Dios llenó de poder y del Espíritu Santo a Jesús de Nazaret, y que este anduvo haciendo el bien y sanando a cuantos sufrían bajo el poder del diablo, porque Dios estaba con él.
39 Y nosotros somos testigos de todo lo que hizo en la región de Judea y en Jerusalén. Después lo mataron colgándolo de una cruz;
40 pero Dios le resucitó al tercer día e hizo que se nos apareciera a nosotros.