18 Dios soportó su conducta en el desierto durante unos cuarenta años,
19 y en el país de Canaán destruyó siete naciones para repartir sus tierras entre ellos.
20 Todo esto duró unos cuatrocientos cincuenta años.“Después les dio caudillos, hasta los días del profeta Samuel.
21 Entonces ellos pidieron un rey que los gobernase, y Dios les dio como rey a Saúl, hijo de Quis. Saúl, perteneciente a la tribu de Benjamín, reinó cuarenta años,
22 al cabo de los cuales Dios lo quitó y puso en su lugar a David, de quien dijo: ‘He hallado que David, hijo de Jesé, es un hombre que me agrada y que está dispuesto a hacer todo lo que yo quiero.’
23 Uno de los descendientes de este mismo David fue Jesús, a quien Dios envió para salvar a Israel, tal como había prometido.
24 Antes que Jesús viniera, Juan anunciaba el mensaje a todo el pueblo de Israel, diciéndoles que debían convertirse a Dios y ser bautizados.