8 Había en Listra un hombre que no podía andar. Nunca lo había hecho porque era cojo de nacimiento. Este hombre estaba sentado,
9 escuchando lo que Pablo decía. Pablo se fijó en él, y viendo que tenía fe bastante para ser sanado
10 le dijo con voz fuerte:–¡Levántate y ponte derecho sobre tus pies!El hombre se puso en pie de un salto y comenzó a andar.
11 Al ver lo que Pablo había hecho, la gente empezó a gritar en la lengua de Licaonia:–¡Dioses en forma de hombre han bajado a nosotros!
12 Tomaron a Bernabé por el dios Zeus y a Pablo por el dios Hermes, porque era el que hablaba.
13 El sacerdote de Zeus, cuyo templo se hallaba a la entrada del pueblo, trajo toros y adornos florales; y él y la gente querían adorar a los apóstoles y ofrecerles un sacrificio.
14 Al darse cuenta de ello, Bernabé y Pablo se rasgaron la ropa y se metieron entre la gente gritando: