7 Salió de allí y entró en casa de uno llamado Ticio Justo, que adoraba a Dios y vivía al lado de la sinagoga.
8 Crispo, jefe de la sinagoga, junto con toda su familia, creyó en el Señor; y también muchos de Corinto, al oir el mensaje, creyeron y fueron bautizados.
9 Una noche, el Señor dijo a Pablo en una visión: “No tengas miedo. Sigue anunciando el mensaje y no calles,
10 porque yo estoy contigo y nadie podrá hacerte daño, pues muchos de esta ciudad pertenecen a mi pueblo.”
11 Así que Pablo permaneció un año y medio en Corinto, enseñando entre ellos el mensaje de Dios.
12 Pero en el tiempo en que Galión era gobernador de Acaya, los judíos se juntaron contra Pablo. Le llevaron al tribunal
13 y dijeron al gobernador:–Este hombre anda convenciendo a la gente de que deben adorar a Dios en una forma que va contra la ley.