4 –Sí –les dijo Pablo–, Juan bautizaba a los que se convertían a Dios, pero les decía que creyeran en el que vendría después de él, es decir, en Jesús.
5 Habiendo oído esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús;
6 y cuando Pablo les impuso las manos vino sobre ellos el Espíritu Santo, y hablaban en otras lenguas y comunicaban mensajes proféticos.
7 Eran en total como unos doce hombres.
8 Durante tres meses, Pablo estuvo acudiendo a la sinagoga, donde anunciaba el mensaje sin ningún temor, y hablaba y trataba de convencer a la gente acerca del reino de Dios.
9 Pero como algunos se negaban tercamente a creer, y ante la gente hablaban mal del nuevo camino, Pablo se apartó de ellos y llevó a los creyentes a la escuela de un tal Tirano. Allí hablaba todos los días,
10 y así lo hizo durante dos años, de modo que cuantos vivían en la provincia de Asia, tanto judíos como no judíos, oyeron el mensaje del Señor.