26 Al oir esto, el centurión fue a dar aviso al comandante, diciéndole:–¿Qué vas a hacer? ¡Ese hombre es ciudadano romano!
27 Entonces el comandante se acercó a Pablo y le preguntó:–¿Es cierto que tú eres ciudadano romano?–Sí –le contestó Pablo.
28 El comandante le dijo:–A mí me costó mucho dinero hacerme ciudadano romano.Pablo respondió:–Pues yo lo soy por nacimiento.
29 Con esto, los que iban a azotar a Pablo se apartaron de él; y aun el propio comandante, al darse cuenta de que era ciudadano romano, tuvo miedo por haberle encadenado.
30 Al día siguiente, el comandante, queriendo saber con exactitud de qué acusaban los judíos a Pablo, le quitó las cadenas y mandó reunir a los jefes de los sacerdotes y a toda la Junta Suprema. Luego sacó a Pablo y le hizo comparecer ante ellos.