12 Al día siguiente, algunos judíos se pusieron de acuerdo en contra de Pablo y juraron bajo maldición no comer ni beber hasta que le hubiesen matado.
13 Eran más de cuarenta hombres los que así se habían conjurado.
14 Se dirigieron, pues, a los jefes de los sacerdotes y a los ancianos de los judíos y les dijeron:–Nosotros hemos jurado bajo maldición no comer nada hasta que no matemos a Pablo.
15 Ahora, vosotros y los demás miembros de la Junta Suprema pedidle al comandante que lo traiga mañana ante vosotros, con el pretexto de investigar su caso más a fondo. Nosotros estaremos preparados para matarle antes de que llegue.
16 Pero el hijo de la hermana de Pablo se enteró del asunto y fue a avisarle al cuartel.
17 Pablo llamó a uno de los centuriones y le dijo:–Lleva a este muchacho al comandante, porque tiene algo que comunicarle.
18 El centurión le llevó al comandante, a quien dijo:–El preso Pablo me ha llamado y me ha pedido que te traiga a este muchacho, que tiene algo que comunicarte.