2 Cuando trajeron a Pablo, Tértulo comenzó su acusación diciendo a Félix:–Gracias a ti, señor gobernador, tenemos paz, y gracias a tu sabiduría se han hecho muchas mejoras en nuestra nación.
3 Todo esto lo recibimos siempre y en todas partes, oh excelentísimo Félix, con el mayor agradecimiento.
4 Pero no quiero quitarte mucho tiempo; te ruego que tengas la bondad de escucharnos un momento.
5 Hemos encontrado que este hombre es una calamidad. Anda por todo el mundo provocando divisiones entre los judíos, y es cabecilla de la secta de los nazarenos.
6 Incluso ha tratado de profanar el templo, por lo cual le hemos apresado.