19 Lo único que tenían contra él eran cosas de su religión, y de un tal Jesús que murió y que Pablo dice que está vivo.
20 Como yo no sabía qué hacer en este asunto, le pregunté a Pablo si quería ir a Jerusalén para ser juzgado de esas cosas;
21 pero él ha pedido que le juzgue Su Majestad el emperador. Por eso he ordenado que siga preso hasta que yo pueda enviárselo al césar.
22 Agripa dijo a Festo:–Yo también quisiera oir a ese hombre.Festo le contestó:–Mañana mismo le oirás.
23 Al día siguiente, Agripa y Berenice llegaron con gran pompa, y entraron en la sala junto con los jefes militares y las principales autoridades de la ciudad. Festo mandó que le llevaran a Pablo,
24 y dijo:–Rey Agripa y señores que estáis aquí reunidos con nosotros: ahí tenéis a ese hombre. Todos los judíos me han traído acusaciones contra él, tanto en Jerusalén como aquí en Cesarea, y no dejan de pedirme a gritos su muerte;
25 pero a mí no me parece que haya hecho nada que la merezca. Sin embargo, como él mismo ha pedido ser juzgado por Su Majestad el emperador, he decidido enviárselo.