23 Entonces le señalaron un día, en el que acudieron muchas personas a donde Pablo estaba alojado. De la mañana a la tarde estuvo Pablo hablándoles del reino de Dios. Trataba de convencerlos acerca de Jesús, por medio de la ley de Moisés y los escritos de los profetas.
24 Algunos aceptaron lo que Pablo decía, pero otros no creyeron.
25 Y como no se ponían de acuerdo entre sí, comenzaron a marcharse. Pablo les dijo:–Bien les habló el Espíritu Santo a vuestros antepasados por medio del profeta Isaías,
26 diciendo:‘Anda y dile a este pueblo:Por más que escuchéis, no entenderéis;por más que miréis, no veréis.
27 Pues la mente de este pueblo está entorpecida,tienen tapados los oídosy sus ojos están cerrados,para que no puedan ver ni oir,ni puedan entender;para que no se vuelvan a míy yo no los sane.’
28 Sabed, pues, que de ahora en adelante esta salvación de Dios se ofrece a los no judíos, y ellos sí escucharán.