21 Conforme a estas palabras, al día siguiente entraron temprano en el templo y comenzaron a enseñar. Mientras tanto, el sumo sacerdote y los que estaban con él llamaron a todos los ancianos israelitas a una reunión de la Junta Suprema, y mandaron traer de la cárcel a los apóstoles.
22 Pero cuando los guardias llegaron a la cárcel no los encontraron. Así que volvieron con la noticia,
23 diciendo:–Hemos encontrado la cárcel perfectamente cerrada y a los soldados vigilando ante las puertas; pero, al abrir, no encontramos a nadie dentro.
24 Oyendo estas palabras, el jefe de la guardia del templo y los principales sacerdotes se preguntaban en qué pararía aquel asunto.
25 En el mismo momento llegó uno que les dijo:–Los que vosotros metisteis en la cárcel están en el templo enseñando al pueblo.
26 El jefe de la guardia, junto con los guardias, fue a buscarlos; pero no los maltrataron, porque tenían miedo de ser apedreados por la gente.
27 Al llegar, los llevaron ante la Junta Suprema, y el sumo sacerdote les dijo: