37 Más tarde, en los días del censo, se levantó Judas, el de Galilea, y logró que algunos le siguieran; pero también lo mataron y todos sus seguidores se dispersaron.
38 Por eso os aconsejo que dejéis a estos hombres y no os metáis con ellos; porque si este asunto es cosa de los hombres, fracasará;
39 pero si es cosa de Dios, no podréis vencerlos. Tened cuidado, no vayáis a encontraros en lucha contra Dios.Ellos le hicieron caso.
40 Así que llamaron a los apóstoles, los azotaron y les prohibieron seguir hablando en el nombre de Jesús. Después los soltaron.
41 Los apóstoles salieron de la presencia de las autoridades muy contentos, porque Dios los había considerado dignos de sufrir injurias por causa del nombre de Jesús.
42 Todos los días enseñaban y anunciaban la buena noticia de Jesús el Mesías, lo mismo en el templo que por las casas.