1 El sumo sacerdote preguntó a Esteban si lo que decían contra él era cierto,
2 a lo que contestó: “Hermanos y padres, escuchadme: Nuestro glorioso Dios se mostró a nuestro antepasado Abraham cuando este se hallaba en Mesopotamia, antes que se fuera a vivir a Harán,
3 y le dijo: ‘Deja tu tierra y a tus parientes y vete a la tierra que yo te mostraré.’
4 Entonces Abraham salió de Caldea y se fue a vivir a Harán. Después murió su padre, y Dios trajo a Abraham a esta tierra donde vosotros vivís ahora.
5 Sin embargo, no le dio propiedad alguna en ella: ni siquiera un lugar donde poner el pie. Pero sí prometió dársela para que después de su muerte fuera de sus descendientes (aunque en aquel tiempo Abraham todavía no tenía hijos).
6 Además, Dios le dijo que sus descendientes vivirían en tierra extranjera, y que serían esclavos y los maltratarían durante cuatrocientos años.