19 Tal vez dirás: “Sí, pero las ramas fueron cortadas para injertarme a mí en el olivo.”
20 Bien, pero fueron cortadas porque no tenían fe, mientras que tú estás ahí únicamente porque tienes fe. Así que no te jactes, sino más bien siente temor.
21 Porque si Dios no perdonó a las ramas naturales, tampoco a ti te perdonará.
22 Mira, pues, qué bueno es Dios, aunque también qué severo. Ha sido severo con los que cayeron y ha sido bueno contigo. Pero tienes que vivir siempre de acuerdo con su bondad, pues de lo contrario también tú serás cortado.
23 Por otra parte, si los judíos abandonan su incredulidad serán injertados de nuevo, pues Dios tiene poder para volver a injertarlos.
24 Porque si tú, que no eres judío, fuiste cortado de un olivo silvestre e injertado contra lo natural en el olivo auténtico, ¡cuánto más los judíos, que son las ramas naturales del olivo auténtico, serán injertados nuevamente en su propio olivo!
25 Hermanos, quiero que sepáis este designio secreto de Dios, para que no os creáis sabios: En parte el pueblo de Israel se ha endurecido, pero solo hasta que hayan entrado todos los que no son de Israel.