18 Conoces su voluntad, y la ley te enseña a escoger lo mejor.
19 Estás convencido de que puedes ser guía de los ciegos y luz de los que andan en oscuridad;
20 de que puedes instruir a los ignorantes y enseñar a los sencillos, ya que en la ley tienes la regla del conocimiento y la verdad.
21 Pues bien, si enseñas a otros, ¿por qué no te enseñas a ti mismo? Si predicas que no se debe robar, ¿por qué robas?
22 Si dices que no se debe cometer adulterio, ¿por qué lo cometes? Si odias a los ídolos, ¿por qué robas las riquezas de sus templos?
23 Te glorías de la ley, pero deshonras a Dios porque no la cumples.
24 Con razón dice la Escritura: “Los paganos ofenden a Dios por culpa vuestra.”