6 David mismo habló de la dicha de aquel a quien Dios acepta como justo sin tomarle en cuenta sus hechos.
7 Dijo David:“¡Dichosos aquellos a quienes Diosperdona sus maldades y pasa por alto sus pecados!
8 ¡Dichoso el hombre a quien el Señor no toma en cuenta su pecado!”
9 ¿Será que esta dicha corresponde solamente a los que están circuncidados, o también a los que no lo están? Hemos dicho que Dios aceptó como justo a Abraham por su fe;
10 pero ¿cuándo le aceptó? ¿Después que Abraham fuera circuncidado, o antes? No después, sino antes.
11 Y después fue Abraham circuncidado, como señal o sello de que Dios ya le había aceptado como justo por causa de su fe. De este modo, Abraham ha venido a ser también el padre de todos los que tienen fe, aunque no hayan sido circuncidados; y así Dios los acepta igualmente a ellos como justos.
12 Y Abraham es también el padre de quienes, además de estar circuncidados, siguen el ejemplo de aquella fe que él, nuestro padre, ya tenía cuando aún no lo estaba.