3c Vi un pequeño manantial que se convertía en río, una luz, el sol y muchas aguas. Ese río es Ester, a quien el rey hizo su esposa y la convirtió en reina.
3d Amán y yo somos los dos dragones.
3e Las naciones se unieron para borrar hasta el nombre de los judíos;
3f pero nuestro pueblo, Israel, clamó a Dios y fue salvado. El Señor nos salvó y nos libró de todos esos males, haciendo grandes señales y prodigios como nunca se dieron en las demás naciones;
3g porque Dios hizo dos suertes: la una para su pueblo, la otra para el resto de las naciones.
3h Y cuando llegó la hora, el momento y el día en que había de juzgar a todas las naciones y ambas suertes salieron en presencia de Dios,
3i se acordó Dios de su pueblo e hizo justicia a su heredad.