11 pero yo me guardé en extremo de comer tales viandas.
12 En todo cuanto hacía, siempre tenía presente a mi Dios.
13 Por eso, el Altísimo hizo que me ganara el favor de Salmanasar, de modo que me convertí en el encargado de sus aprovisionamientos.
14 Hasta la muerte del rey, yo iba a Media a hacer las compras para él. Por cierto que, en una ocasión, dejé en Ragués* de Media, en casa de Gabael, hijo de mi hermano Gabrí, unos sacos con diez talentos de plata.
15 Cuando murió Salmanasar y le sucedió en el trono su hijo Senaquerib, se interrumpieron las comunicaciones con Media y ya no tuve ocasión de volver allá.
16 En tiempos de Salmanasar ayudé con muchas limosnas a mis hermanos, es decir, a mis compatriotas:
17 daba mi pan a los hambrientos y ropas a los que estaban desnudos. Y si alguno de mi raza moría y su cuerpo era arrojado fuera de las murallas de Nínive, yo iba y lo enterraba.