Tobías 10:4-10 BHTI

4 Ana, su esposa, decía:— ¡Mi hijo ha muerto! ¡Ya no está entre los vivos!Lloraba y se lamentaba a causa de su hijo, diciendo:

5 — ¡Ay de mí, hijo mío! ¿Por qué te dejé marchar, luz de mis ojos?

6 Tobit le decía:— ¡Cállate, mujer, y no pienses así! ¡Él está bien, pero eran muchas las cosas que tenía que resolver allá! El hombre que le acompaña es de confianza, y además es uno de nuestros hermanos. ¡No estés triste, que pronto llegará!

7 Ella le replicaba:— No me digas nada. ¡No quieras engañarme! ¡Mi hijo ha muerto!Todos los días salía a mirar el camino por donde se había ido su hijo y no se fiaba de nadie. Al ponerse el sol entraba en casa, pero se pasaba la noche entera lamentándose y llorando sin poder conciliar el sueño.

8 Una vez que se cumplieron los catorce días de las fiestas de bodas que Ragüel había jurado celebrar en honor de su hija, Tobías se dirigió a él y le dijo:— Deja que me vaya, porque estoy seguro de que mi padre y mi madre piensan que no volverán nunca más a verme. Te ruego, padre, que me dejes ir a casa de mi padre. Ya te he contado en qué situación lo dejé.

9 Ragüel respondió a Tobías:— Hijo mío, quédate conmigo. Yo enviaré a tu padre Tobit un mensajero que le lleve noticias tuyas.Pero Tobías le dijo:— No, por favor. Permíteme partir y volver a casa de mi padre.

10 Ragüel decidió entonces entregarle a Sara, su mujer, y la mitad de todos sus bienes: criados y criadas; bueyes, ovejas, asnos y camellos; vestidos, dinero y utensilios.