9 Pero el que hayan muerto tus maridos, no es razón para que nos maltrates a nosotras. ¡Vete con ellos, y que nunca veamos un hijo ni una hija tuyos!
10 Ese día se puso Sara tan triste, que se echó a llorar y subió a la habitación de su padre con intención de ahorcarse. Pero luego reflexionó y pensó: Sería una vergüenza que le dijeran a mi padre: “No tenías más que una hija a la que querías con locura y he aquí que se ha ahorcado a causa de sus sufrimientos”. Con lo que mi anciano padre se moriría de tristeza por culpa mía. Mejor será, pues, que no me ahorque. Pero voy a rogarle al Señor que me haga morir; así no tendré que oír más insultos en mi vida.
11 Sara extendió entonces sus brazos ante la ventana y oró diciendo:¡Bendito eres, Dios misericordioso!¡Sea por siempre bendito tu nombre,y todas tus obras te bendigan eternamente!
12 Hacia ti vuelvo ahora mi rostro, mi mirada:
13 manda que me vea libre de este mundo,y así no tendré que oír más insultos.
14 Tú sabes, Señor, que estoy limpiade todo contacto con hombres,
15 que no he manchado mi nombreni el nombre de mi padreen este país de mi destierro.Yo soy la hija única de mi padre,y él no tiene ningún otro hijoque pueda ser su heredero,ni ningún hermano o pariente cercanoa quien darme por esposa.Siete maridos se me han muerto,¿por qué he de seguir con vida?Pero si no me mandas la muerte,mírame, Señor, y compadécete de mípara que no tenga que oír más insultos.