1 Aquel día se acordó Tobit del dinero que había dejado en depósito a Gabael, en Ragués de Media
2 y pensó: “Puesto que yo he pedido la muerte, haría bien en llamar a mi hijo Tobías para, antes de morir, hablarle de ese dinero”.
3 Llamó, pues, a su hijo Tobías, y cuando llegó le dijo:— Entiérrame dignamente cuando yo muera. Honra a tu madre y nunca la abandones a lo largo de su vida, sino pórtate con ella lo mejor posible y no le causes tristeza alguna.
4 Recuerda, hijo mío, los graves peligros a los que se expuso mientras te llevaba en su seno; luego, cuando muera, entiérrala junto a mí en la misma sepultura.
5 Hijo mío, recuerda también todos los días al Señor nuestro Dios, y no te entregues al pecado y a transgredir sus mandamientos. Compórtate con rectitud a lo largo de toda tu vida y no sigas las sendas de la maldad.
6 Porque si tu conducta es conforme a la verdad, tendrás éxito en todo lo que emprendas,