19 ¿Para qué queremos más dinero si perdemos a nuestro hijo?
20 ¡Con lo que nos ha dado el Señor, nos basta para vivir!
21 Tobit le dijo:— ¡No hables así! Nuestro hijo, que se ha ido sano y salvo, también volverá a nosotros de la misma manera. Con tus propios ojos lo verás regresar lleno de salud.
22 No te preocupes, querida, ni te atormentes, porque un ángel bueno lo acompañará: todo le irá bien en su viaje y volverá sano y salvo.
23 Ella entonces dejó de llorar.